En este artículo vamos a parafrasear a Leopoldo Abadía, puesto que sus reflexiones se adaptan perfectamente a la situación que vivimos en AtoS.
“El fin último de la educación es formar personas, y formar personas es mucho más que sacar seres repeinados, que sepan inglés y que lleven un ordenador en la mano como las señoras llevan un bolso, que se creen que son muy listos y puede ser que sean buenos técnicamente, pero como personas dejan bastante que desear.”
“Y, aunque lo sabemos, a veces se nos olvida y creemos que, como el señorito va hecho un sol, ya se ha formado. Pues no. Porque puede darse el caso —y se da muy frecuentemente— de que se haya fabricado un monstruito. Guapo y arreglado, pero egoísta, grosero, trepa, abusón, murmurador, zancadillero, cotilla, ignorante, iluminado, farfalloso e impresentable, que habla en un idioma raro, raro, raro y al que no se le entiende nada, en primer lugar porque este tipo de personaje NO SE ENTIENDE NI A SÍ MISMO. Tenemos la necesidad, la absoluta necesidad de ser PERSONAS. Aparte de trabajadores debemos ser PERSONAS.”
Aunque la reflexión está redactada en género masculino, se podría haber redactado perfectamente en femenino y se adapta como un guante al género tonto, al que critica.
Nuestra empresa debe reflexionar sobre las formación integral que proporciona a sus empleados, y no hablamos de los cursos que se imparten desde el departamento de formación, hablamos de la cultura de empresa, de esa forma de actuar y promover que los trabajadores funcionemos.
No es de recibo que nos dediquemos a pisarnos unos a otros, provocar miedo, funcionar de forma individual, estar intranquilos en el trabajo, generar rumores dañinos, ser unos trepas, ser unos capataces de látigo,…
Funcionaremos mejor si trabajamos en equipo, si confiamos en nuestros responsables, si no tenemos miedo, si no nos sentimos engañados, si comprobamos que valoran nuestro trabajo,
Para que esto se haga realidad, la empresa debe realizar una formación integral de las personas, especialmente de los mandos intermedios que son los que están en contacto con los trabajadores. Estos mandos intermedios deben dejar de ser esos tipos repeinados y guaperas y volverse humanos, es decir, PERSONAS.