No pasa sólo en el mundo laboral


  Por su interés reproducimos parte del artículo del catedrático Vicenç Navarro (artículo completo en http://blogs.publico.es/dominiopublico/7094/el-problema-de-las-izquierdas/). En el último  párrafo nos podemos ver reflejados  muchos trabajadores (cada uno con sus motivos), pues esto mismo ocurre en el mundo laboral.

                  

“…   El gobierno más reaccionario que España ha tenido desde que terminó la Dictadura está desmontando el Estado del Bienestar y está eliminando la protección social. Y está intentando debilitar a los sindicatos y forzando enormes reducciones de los salarios y, ahora, de las pensiones. Nunca antes en el periodo democrático habíamos visto unas políticas públicas tan regresivas y tan hostiles a la clase trabajadora de España como ahora. Y la respuesta de las izquierdas ha sido extremadamente moderada. Solo los movimientos sociales y, muy en particular, el 15-M y sus sucesores, han respondido con una radicalidad necesaria, sin excluir la desobediencia civil. Creo evidente que es necesario un movimiento político-social (que no quiere decir un nuevo partido político) que movilice a la ciudadanía en contra del establishment financiero –gran patronal- y político, a fin de recuperar los escasos derechos democráticos, civiles, laborales y sociales que las clases populares habían adquirido y que ahora se les está robando (y no hay otra manera de decirlo). Este movimiento ya está radicalizando a los partidos políticos de la izquierda, a los sindicatos y a los movimientos sociales, a fin de conseguir la segunda transición hacia una democracia completa con un bienestar social hoy todavía muy limitado.

   Una última observación dirigida a las personas de izquierda que se quejan de los partidos de izquierda y de los sindicatos, sin que ellos mismos hagan algo. Independientemente del mérito y demérito de las críticas, el hecho es que la pasividad de gran parte de las personas e instituciones de izquierda es sorprendente. ¿Qué hace, usted, lector, frente a esta guerra de clases unilateral? ¿Cuántas veces ha llamado, por ejemplo, a la televisión, a la radio o a la prensa, para mostrar su protesta frente a la desinformación que se difunde? ¿O ha protestado frente a un político, o un banquero, o un director de un rotativo o un canal televisivo, que está contribuyendo a promover políticas y actuaciones que dañan a la población? ¿Cuántas veces ha escrito a diarios o a canales de televisión protestando por su sesgo conservador o neoliberal? ¿Cuántas veces…?”.

    Todos, tanto individual como colectivamente, debemos reflexionar sobre ello y que, al menos, lo hayamos intentado.