Entre las múltiples labores de los representantes de los trabajadores se encuentran las de velar por el cumplimiento de los acuerdos, la defensa ante las arbitrariedades de la empresa, el asesoramiento al trabajador, la negociación de acuerdos con la empresa.
Estas labores se realizan a través de las figuras que la ley establece para los representantes de los trabajadores, en nuestro caso, Comité de Empresa y Secciones Sindicales.
Desde nuestro Comité de Empresa, y desde las Comisiones de trabajo formadas en su seno, velamos por el cumplimiento de los pactos con la empresa y, en la medida de lo posible, tratamos de negociar nuevos acuerdos que cubran las necesidades de los Trabajadores. Desde aquí se organizan de forma consensuada, o por mayoría de sus miembros, las actuaciones a realizar. Es un órgano que funciona en base a mayorías.
Si se adopta una decisión por mayoría, dentro del Comité de Empresa, guste o no guste a determinados miembros del dicho Comité, debemos actuar en base a esa decisión. El Comité de Empresa no es el coto privado de ningún sindicato, es la representación máxima de todos los Trabajadores en la empresa y les debemos el mayor respeto.
No debemos actuar de forma dictatorial y desatar una pataleta cuando no nos gustan las decisiones tomadas por los representantes.
Los representantes de UGT, dentro del Comité de Empresa, luchamos por los trabajadores, y ellos serán los que decidan si hemos realizado un trabajo acertado o no, pero tenemos un periodo de confianza de 4 años para demostrar que nuestro objetivo es el cumplimiento de las expectativas que han puesto en nosotros.
Si desde UGT, junto con los compañeros de CCOO, hemos firmado el MSCT, ha sido porque la mayoría de los Trabajadores así lo han decidido en una votación. Y respetamos esta decisión, igual que respetaríamos la contraria si esa hubiese sido la decisión de los Trabajadores.
Evidentemente estamos en contra de los despidos en la empresa y así lo hemos trasladado a la dirección, pero nuestro deber es continuar en la lucha por todos los medios posibles, teniendo en cuenta que nuestras armas, gracias a la reforma laboral impuesta por actual gobierno, son muy escasas y el apoyo de los trabajadores, aunque va creciendo poco a poco, no es todo lo numeroso que nos gustaría.
Si los miembros de la RLT no unimos nuestras fuerzas en torno a la mayoría, mostraremos nuestra desunión a la empresa, y de esta forma facilitaremos la imposición de las medidas más crueles y despiadadas. Algunas veces deberíamos tragarnos nuestro orgullo y unirnos. Compañeros, luchamos por los Trabajadores, no por unas siglas o por el prurito personal de los líderes.
Es muy fácil luchar contra todo lo que se encuentra alrededor, destruyendo lo que otros han conseguido levantar. Es fácil encontrar pegas a todo, montando pataletas descomunales por situaciones o actuaciones menores, lo complicado es construir algo, negociando con otros sindicatos y con la empresa, para esta labor hay que comprometerse en la construcción.
Los que se dedican a destruir, sin aportar ideas sensatas y coherentes, no pueden autocalificarse de representantes de los trabajadores, sino únicamente como representantes de sus propios intereses.